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martes, 31 de enero de 2012

A principios de este año, casi nadie se atreve a saludar a los amigos y conocidos con aquello de próspero año nuevo. Nos conformamos con aquello de feliz año, porque la felicidad parece que de momento no depende de los mercados, ni de los presupuestos del estado, ni de la Generalitat, ni de  los ayuntamientos. No estemos tan seguros. Es difícil ser feliz cuando las cosas no nos van bien. Algo ha mejorado. De momento la lotería del niño ha sonreído a algunos de nuestros vecinos de Viladecans, y nos alegramos sinceramente por ellos, sin poder evitar sentir un poco de envidia puñetera de vecino de al lado porque a nosotros no nos ha tocado ni el reintegro.

Probablemente seremos más pobres. No estaría mal que nos acostumbrásemos a vivir con menos, siempre que la riqueza y la pobreza estuviesen mejor repartidas. Este año, por ejemplo, nos gustaría que los grandes directivos de los bancos y las cajas cobrasen menos, que los que no cobran nada, tuviesen ayuda y que los del salario mínimo cobrasen un poco más.

No queremos lujos, pero necesitamos tener una buena salud y una buena educación.  Este año deberíamos concentrarnos en hacer un único recorte: en el fracaso escolar. Nos tocará defender  el Hospital de  Viladecans, porque no solo no nos quieren hacer el nuevo, sino que el que tenemos nos está funcionando a medio gas. Tienen que recortar, dicen. Ni que nuestro Hospital fuese el hotel Ritz. Tendremos que presionar, como los futbolistas de la tele, si queremos evitar que nos metan algún gol. Y tendremos que atacar si queremos meter alguno nosotros.

Pero nos merecemos un año feliz, en el que empiecen a salirnos algunas cosas. Nos toca ser optimistas contra viento y marea. Debemos empezar a  aprender que en el fondo todo depende de nosotros, aunque aún no nos lo creamos. Este año tenemos que empezar a creérnoslo más que el año pasado. Para esos, los ciudadanos debemos también opinar más que el año pasado. Y juntarnos más para defender nuestra opinión junto a la de otra gente.  Porque entre nosotros, de juntarnos nos juntamos poco.  Este año 2012 eso debería cambiar, y alguna cosa  cambiaría.